EL mundo del txakoli está de enhorabuena como quedó ayer de manifiesto en Muskiz, última feria antes de empezar a pensar en la vendimia que este año vendrá marcada por la sequía que ha rebajado el agua de la uva pero, probablemente mejorado su calidad.

Buenas nuevas y no sólo por la entrega de la Medalla de Oro del Txakoli de Bizkaia, certamen en el que también se premia a los productores de las variedades de tinto y rosado u «ojo de gallo» si no porque en este marco se conocieron algunos detalles más del futuro del txakoli en el entorno de Gatika con la puesta en marcha, aproximadamente en diciembre, de una nueva bodega.

Esta nueva bodega cuya nave ya está en construcción acogerá la «producción unificada de tres bodegas preexistentes y de un cuarto productor para obtener una sola marca», señaló David Etxebarria, miembro de una de las bodegas que participan en este proyecto que sigue la estela de la bodega Talleri de Morga, en la que toman parte 16 productores y bodegueros de Txorierri y Busturialdea.

«Esta reorganización o unificación es necesaria para poder competir ya que al estar asociados se incrementa la producción aminorando algunos costes importantes», asegura David quien reseña que ahora mismo están intentando dar con el nombre adecuado para la nueva marca.

«Tuvimos que desechar una porque ya estaba registrada pero contamos con algunas alternativas interesantes a considerar», señala.

La nueva bodega, para cuya puesta en marcha esperan contar con apoyo de las instituciones, supone unificar la producción de unas 14 hectáreas de terreno -básicamente de Gatika y su entorno inmediato- y confían en obtener una producción de entre 100 y 120.000 litros.

La base de la producción estará dedicada a la variedad Hondarribi zuri.

Precisamente esta variedad, de uva blanca -con un porcentaje del 90 % y maridada con un 10% de la variedad Petit Courbu- ha sido la base que ha llevado al éxito al txakoli blanco elaborado por la familia Etxebarria cuya Bodega de Gatika no ha fallado ningún año a la cita muskiztarra.

«Nosotros venimos aquí desde la primera edición con frutas, sidra y txakoli y nunca habíamos tenido un premio.

Después de tantos años hace ilusión», reconoce David quien recogía de manos del alcalde de Muskiz, en nombre del bodeguero Jose Etxebarria, el trofeo: una medalla que reproduce a un viticultor cargado con un cesto de uvas adornado con una ikurriña y el logotipo de Muskiz.

El premio al mejor caldo tinto se lo llevó la bodega Erdikoetxe de Lezama que estuvo representada por Andoni Ojanguren quien recogió el trofeo de manos de la directora de Agricultura de la Diputación foral de Bizkaia, Ikerne Zuloaga.

Finalmente el premio al mejor Ojo gallo (txakoli rosado) recayó en la primera añada elaborada por la nueva bodega Talleri de Morga, con su marca Bitxia.

Pilar Etxeandia fue la encargada de recoger el premio, de manos del teniente de alcalde, Gontzal Riancho.

Un premio que sin duda es un acicate y un respaldo a labor emprendida el pasado año con la mayor bodega de Bizkaia.

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