Ubicado en el Valle del río Oria, entre Amasa–Villabona, rodeado de verdes colinas y viñedos de txakolí, se encuentra una bodega con restaurante gastronómico que habla del producto y el vino de la zona en una propuesta única (y deliciosa) que conjuga enología, gastronomía y paisaje.

Un nombre, tres conceptos
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Bajo el nombre de Hika, la bodega, el restaurante y su característico txakolí con Denominación de Origen Txakolí de Getaria, ha logrado posicionarse en el mapa gastronómico y convertirse en una de las paradas indispensables de la ruta enológica de Guipúzcoa. Su apuesta culinaria, con el cocinero Roberto Ruiz en los fogones, termina por completar una experiencia de gastronomía local que habla de origen, de productores, de saber hacer y de producto.
Cocina de paisaje
Conocido por su larga trayectoria al frente del emblemático restaurante El Frontón de Tolosa, en donde estuvo dirigiendo su cocina durante casi 25 años, Roberto Ruiz es el alma de Hika, bodega y restaurante. Su cocina es la búsqueda ardua e incansable de la materialización de un paisaje, de unos ingredientes cultivados en los alrededores, unos productores con rostro, nombre y apellidos y una tradición culinaria que habla sobre esta tierra.
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Una bodega con restaurante
Hika by Roberto Ruiz es el nombre del restaurante, toda una declaración de intenciones en donde se une la trayectoria y el nombre de su chef y el de la bodega para dar lugar a una experiencia enogastronómica única. A la pregunta, qué fue antes, ¿el restaurante o la bodega?, parafraseamos lo que ellos cuentan: “Hika by Roberto Ruiz es un concepto de restauración clásica en el espacio de una bodega de txakolí moderna, rodeados de viñedos en un enclave rural”.
Y es que, como no podía ser de otra forma, en una gran bodega en el País Vasco no podía faltar un espacio de restauración. Más aún si el que lo dirige es Roberto Ruiz y su concepto está enfocado a la cultura vasca, a la buena cocina, a los productos locales y a las elaboraciones sencillas: “en Hika se apuesta al cien por cien por una cocina unida a la tradición y a lo rural, una oda a las raíces de antaño. Promovemos el uso del producto local, apoyándonos tanto en la propia huerta como en los mercados de la zona y en los pequeños productores”, rezan sobre sus principios; una filosofía que habla sobre la economía circular, el apoyo a los trabajadores de la zona, la sostenibilidad a través del uso de la energía solar, el compostaje del viñedo y la recogida de aguas y la apuesta por lo rural, dando lugar a un restaurante respetuoso con el medio ambiente pero también con el lugar en el que se ubica.
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Sabores con raíces
Además de producto, la cocina de Roberto Ruiz habla de raíces, de historia culinaria y de unas técnicas ancestrales con las que, a través de su trabajo, honra su cocina y sus tradiciones. Ruiz es un referente en el uso de productos como las alubias de Tolosa, la morcilla de Beasáin y las guindillas de Ibarra —productos especialmente ligados a este territorio—, pero también del uso de las brasas, el fuego y la parrilla, por donde pasan verduras, carnes y pescados.
Entre sus propuestas más emblemáticas destaca el Menú Alubias, una de sus especialidades desde hace muchos años; un plato esencial de la cocina vasca tradicional y actual que sirve de encuentro social y que pone de relieve uno de los productos más icónicos de su gastronomía. En este festín consta del perolo de alubias negras de Tolosa con sus sacramentos típicos: tocino, longaniza, morcilla de Beasain, costilla, berza y guindillas de Ibarra, maridado con txakolí Hika y de postre torrija casera. Para los amantes del degustación, también cuentan con Menú Gastronómico que recorren los sabores de la huerta, el mar y la montaña vasca acompañado de una cuidada selección de vinos de Hika Bodega.
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Una mirada única al txakolí
En el mismo entorno en el que se encuentra el restaurante, aparece lindando Hika Bodega, un espacio enológico construido en 2016, bajo un estilo arquitectónico moderno, eficiente energéticamente, sostenible e integrado en el paisaje, rodeado por siete hectáreas de viñedos con vistas al monte Ernio. Esta apuesta enoturística en pleno marco rural guipuzcoano acoge la producción de un txakolí exclusivo, moderno y elegante, con el que termina por completarse la experiencia gastronómica.
Además, en su interior se pueden hacer visitas guiadas para conocer todo sobre la producción de este txakolí, sobre el cultivo de sus diferentes tipos de uvas— dos uvas autóctonas del País Vasco, Hondarrabia Zuria y Hondarrabia Beltza, además de Chardonnay y Hondarrabi Zuri Zerratia— y hacer una cata de algunos de sus mejores vinos. Una experiencia completa para los amantes de la gastronomía y el vino con unas inmejorables vistas al mar Cantábrico.
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