Tráfico pretende rebajar la tasa actual de 0,5 gramos por litro en sangre a 0,2 (o de 0,25 miligramos por litro de aire aspirado a 0,10) para todos los conductores. ¿Cómo se traduce eso en términos de alcohol ingerido? Depende de muchos factores, pero el resumen es sencillo: adiós a beber antes de conducir.

La propuesta es consecuencia de las numerosas peticiones que las asociaciones de víctimas y fundaciones del ámbito de la seguridad vial han elevado a la Dirección General de Tráfico (DGT)y busca que la sociedad olvide el concepto de «consumo moderado» y asuma que «solo cero tiene cero consecuencias».

El alcohol, en uno de cada tres accidentes mortales

Más de la mitad de los conductores fallecidos en 2023 en accidentes de tráfico en el Estado y sometidos a autopsia había consumido alcohol, drogas o psicofármacos, según un informe del Instituto Nacional de Toxicología. La más habitual de todas las sustancias, presente en uno de cada tres casos, fue el alcohol.

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Casi la mitad de los 241 muertos en carretera este verano en el Estado eran motoristas, ciclistas o peatones

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Tráfico lleva años intentando disociar la percepción de riesgo de accidente de la idea de consumo elevado de alcohol e instalar el mensaje de que los efectos son perniciosos incluso en niveles bajos de consumo.

Según los estudios de la DGT, con una alcoholemia de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre se multiplica por dos el riesgo de sufrir una colisión, y con 0,8 el riesgo es 5 veces mayor.

Múltiples factores

La tasa de alcohol en sangre no sigue una regla matemática y depende de múltiples factores como los alimentos que se hayan tomado, el tipo de bebida, el tiempo transcurrido desde la ingesta o la tolerancia ante el alcohol.

Pero también existen otros factores, como la edad. Tráfico advierte de que las personas menores de 18 años y mayores de 65 sufren más los efectos del alcohol. En el caso de los conductores noveles, se agravan los efectos por la inexperiencia, de modo que para ellos la tasa ya era inferior a la del resto.

El alcohol no afecta por igual a hombres o a mujeres, ni a personas gruesas o delgadas. Con la misma ingesta de bebidas, una mujer -sobre todo joven- o alguien de poco peso, dará mayor tasa que un hombre o un conductor de mayor peso.

Pero aún hay más factores que influyen, como la hora del día. Durante el descanso, la eliminación del alcohol es mucho más lenta que durante los períodos de actividad, de modo que alguien que haya bebido mucho antes de acostarse aún puede dar una tasa positiva cuando se despierte.

En condiciones normales, una tasa de 1 gramo de alcohol por litro de sangre tarda en eliminarse entre 6 y 10 horas. Y, según la DGT, con esa tasa ya aparecen graves problemas perceptivos (como la visión doble) y graves alteraciones de atención y en la toma de decisiones.

Trucos que no sirven

Tráfico pide en sus recomendaciones evitar los mitos y falsos trucos para superar la alcoholemia, entre los que cita clásicos como hacer ejercicio, tomar chicles o caramelos, y otros no tan comunes como masticar granos de café, beber aceite o consumir cocaína.

Pero también avisa del falso mito de que basta con tomar un café, un te o dar una breve cabezada, o de que si se bebe poco a poco a lo largo del día no se da positivo, o de que el alcohol que se bebe comiendo no se absorbe.

¿Y entonces cuánto se puede beber?

Teniendo en cuenta todas las variables anteriores, Tráfico establece una serie de medidas estándar sobre las bebidas más habituales, según las cuales prácticamente todas llegan o superan la tasa de 0,2 l/g en sangre.

Un tercio de cerveza en un hombre de entre 70 y 90 kilos de peso arrojaría una tasa entre de 0,21 y 0,28, es decir, prohibida. En el caso de una mujer de entre 50 y 70 kilos, la tasa oscilaría entre 0,34 y 0,48.

Un conductor de ese peso que tomase un vaso de vino de 100 mililitros se arriesgaría a llegar al límite, ya que, según los cálculos de la DGT, ya daría entre 0,16 y 0,2. Una mujer no podría ponerse al volante, pues al menos alcanzaría los 0,25.

No superaría el 0,2 un vaso pequeño de vermú o un chupito de un licor de baja graduación (23 grados). Y solo en la mencionada categoría de hombres de entre 70 y 90 kilos. En las mujeres saltaría el alcoholímetro.

La clasificación de la DGT incluye categorías como ‘brandi’ o ‘combinado’, pero en esos casos ni el vaso más pequeño queda por debajo del 0,2.

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