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ENTRE VIÑEDOS
Los nuevos reyes del txakoli
La DO Bizkaiko Txakolina integra a 38 bodegas, distribuidas en seis zonas, que producen un vino moderno y de indudable personalidad
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Ana Mellado 09/09/2021
Cuando uno saborea una copa de txakoli viene en seguida a la mente la imagen de un caserío familiar, al pie de un viñedo, donde el vino se convierte en eje articulador de reuniones cotidianas y acompañamiento de comidas.
A mediados de los años 80, un pequeño grupo de productores impulsó la recuperación del viñedo y la mejora en la producción del txakoli en Vizcaya. La Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina obtuvo su reconocimiento oficial en 1994 y desde entonces ha sentado las bases de un vino moderno, de indudable personalidad, con un carácter afrutado y una agradable acidez. Actualmente 38 bodegas, repartidas en seis zonas productoras según la localización geográfica, integran esta DO.
Viajamos a Bilbao, en busca de las bodegas que están triunfando por la calidad de su txakoli (que procede del término ‘etxeko ain’, en castellano ‘lo justo para casa’).
1. Gorka Izagirre
Con miras a revitalizar la cultura vitivinícola de Vizcaya y participar en la regeneración del txakoli, en 2005 se crea la Bodega Gorka Izagirre, ubicada en el complejo Azurmendi de Larrabetzu . Un proyecto liderado hoy por Bertol Izagirre -primo de Eneko Atxa – y su enólogo José Ramón Calvo para crear vinos de calidad que reflejen la identidad de unas variedades únicas en el mundo y su entorno.
«Mi padre fundó la bodega en 2005 junto a Joserra, quien venía de una bodega pequeñita que tenía con su tío, entonces aspirábamos a ser partícipes de la evolución de los vinos de Vizcaya y necesitábamos una figura como él que ya tuviese una experiencia en el mundo del txakoli.
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Yo entré en el 2013 y mi padre se retiró un poco de la bodega» , declara Bertol a ABC durante un paseo por la ría a bordo del velero Marmitako Sailing . Para una ocasión tan especial descorcha una auténtica joya.
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Una botella magnum de Ama, un vino cien por cien uva hondarrabi zerratia con un punto de madurez excepcional que fue vendimiada el 23 de octubre de 2015. «Queremos ser partícipes de esa evolución del txakoli, de salirnos un poco de los vinos jóvenes y buscar vinos más gastronómicos», añade. Maduro, sutil y envolvente, con una complejidad que sorprende al tomarlo. Perfecto para maridar con las piparras y las anchoas que nos ofrece el capitan Edorta Arostegui. También conviene destacar que el nombre y la etiqueta de este vino, Ama, es un homenaje a las madres y las mujeres.
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Bertol (33 años) estudió Empresariales, hizo un máster en enología y viticultura y posteriormente un MBA en la Universidad de Deusto. « Compartimos complejo gastronómico con Eneko (Atxa), que es mi primo y los éxitos que ha tenido con sus restaurantes como Azurmendi son increíbles. Siempre me ha atraído el mundo de la gastronomía y el vino y dentro de la bodega creí que teníamos mucho camino por recorrer y dije yo tengo que ser la persona que lidere este proyecto».
«De pequeñito con cinco o seis años, siempre le decía a mi ama: ‘yo quiero ser cocinero’. Pero no, al final por decisión, era buen estudiante, y como se me daban bien los números decido hacer Empresariales».
40 hectáreas propias, caracterizadas por fuertes pendientes orientadas al sureste , buscando el sol de la mañana y zonas aireadas, que se dividen en pequeñas parcelas integradas en el paisaje. Allí crecen las variedades de uva hondarrabi zuri y hondarrabi zerratia. Son vendimiadas manualmente en el mes de octubre. El bajo rendimiento por hectárea sobre 6.500 kilogramos permite una maduración óptima para crear vinos estructurados y de alta calidad.
Uno de los grandes orgullos de Bertol es la consecución del premio al mejor vino blanco del mundo en el Concurso Mundial de Bruselas en el 2019 .
Respecto a quién heredará el negocio, aún no está claro. «Mi hermana tiene tres niños y yo tengo pareja, pero aún no tenemos hijos. A futuro, siempre he querido tener familia».
2. Magalarte Lezama
Fundada en el siglo XIX, la bodega Magalarte Lezama es una de las pocas que puede presumir de haber llegado a su quinta generación. Al frente se encuentra el joven Andoni Aretxabaleta , quien ha aprendido el oficio de su padre Iñaki. Andoni cursó estudios de ingeniero agrícola y el grado de Enología en la universidad de La Rioja.
La familia se instaló hace dos décadas en Lezama, en un caserío con bodega integrada y viñedos a pie de casa. Allí nos reciben padre e hijo con una amplia sonrisa. El marco es incomparable. Con una magnífica insolación debido a su orientación sur y un cultivo respetuoso con el medio ambiente (producción integrada), aporta una uva sana, madura, dorada… Punto de partida ideal para la elaboración de un buen txakoli.
Realizaron una importante inversión en depósitos y maquinaria para adaptar la bodega a los nuevos tiempos, pero sin perder de vista el ayer conscientes de la encomiable tarea que hicieron sus antepasados. La historia comenzó con Nicolás Aretxabaleta y prosiguió con su hijo Gabriel Aretxabaleta, quien decidió utilizar la fotografía de su padre como etiqueta para embotellar su cosecha del año 1964 . La tradición agrícola continuó en la tercera generación, Andoni Aretxabaleta, un apasionado por el txakoli hasta llegar a hoy con Iñaki, que empezó a elaborar sus vinos en Lezama y su hijo Andoni, la actual y quinta generación.
Tipicidad tradicional y el amor hacia un negocio familiar unidos a las técnicas más avanzadas dan como resultado un vino de aroma fresco y afrutado que despierta gratas sensaciones.
3. Itsasmendi
Laderas montañosas (‘mendi’) con pendientes de hasta el 33% y la proximidad del mar Cantábrico (‘itsas’) dan origen al nombre de esta bodega. Itsasmendi nació en el año 1990 en Muskiz, mediante la agrupación de varios viticultores cuyo objetivo era recuperar el prestigio social, económico y cultural que la vitcultura ha tenido históricamente en Vizcaya y que se perdió en durante el siglo XX.
En el año 2002 trasladaron las instalaciones a Gernika , pleno corazón de la Reserva de la Biosfera del Urdaibai. Al principio comenzaron elaborando sus vinos en un pabellón industrial junto a la carretera y en 2019, estrenaron nuevo edificio en la punta de la Reserva.
Al frente de esta bodega se encuentra Garikoitz Ríos, natural de Muskiz. Él y su equipo han desarrollado una minuciosa selección de parcelas a plantar como base ecológica de la práctica vitivinícola: 39 hectáreas de viñedo dispuestas en 15 parcelas.
Entre sus vinos, destaca el Artizar , estrella del norte con nervio cantábrico. Se dice que este es un txakoli seductor, tras haberse engendrado en la fantástica añada de 2016 sobre lías en barrica.
La bodega está ubicada en un entorno mágico, rodeada por el río Amunaga, un robledal centenario y la ermita de los Santos Txirenes. Y en este espectacular escenario se celebró una de las actividades de la segunda edición del festival Mahasti Artean (Entre viñedos), una cita que une el txakoli con la cultura sostenible, el deporte, la gastronomía y la naturaleza. La joven voz en acústico de la cantante vasca Maren emociona mientras degustamos cuatro txakolis de Itsasmendi con una tapa de queso.