Iñaki Suárez es el director técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina.
Está preocupado por cómo la reducción en la cosecha de uva prevista para este año puede afectar a los productores a los que representan, pero el potencial del producto que promocionan le hace ser optimista de cara al futuro.
¿La reducción que se prevé este año en la producción de uva es una mala noticia para un vino en plena expansión comercial?
Claro que lo es. La campaña ha sido muy complicada a nivel climatológico y ha derivado en que estemos ahora haciendo una vendimia de ventanas, ya que solo te permite salir al campo cuando una ventana te enseña un cielo abierto.
Se para, se reanuda… Eso es una complicación añadida a todo un ciclo que ha exigido una permanente vigilancia a todas las personas viticultoras de Bizkaia, un cuidado constante de la viña hasta el último momento y estar a expensas de a ver qué ocurre, deseando que no llueve y que termine el ciclo madurativo.
Mucho más trabajo, por tanto.
Muchísimo más trabajo que se añade a las incertidumbres de un ciclo que ya viene siendo demasiado largo para el propio sector, que arranca desde la pandemia, al que siguieron conflictos internacionales que produjeron una elevación muy importante de los costes de producción.
Ahora, el tema climático es un añadido más que genera preocupación en el sector.
No obstante, siempre reiteran que su apuesta es más por la calidad que por la cantidad.
Esa apuesta la tenemos desde que nace la Denominación de Origen.
La calidad ha sido un estándar medio que no ha dejado de crecer.
Pero es cierto que si tenemos problemas que nos afectan a la cantidad, podemos vernos en una tesitura de estar apretados.
No debemos olvidar que somos una denominación de origen muy pequeña, que abarca 476 hectáreas, 36 bodegas y que tiene una elaboración media que ronda el millón y medio de litros en los últimos años.
En la medida en que se altera la perspectiva de cantidades, le afecta mucho al sector.
“Somos una denominación de origen muy pequeña y en la medida en que se alteran las cantidades, le afecta mucho al sector”
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¿Cómo se presenta la nueva temporada para los vinos de Bizkaiko Txakolina?
Bizkaia lleva ya unos años ofreciendo una amplitud de paleta de vinos que es especialmente rica.
Estamos rompiendo tópicos que venían del pasado. Antes, el txakoli se definía habitualmente como un vino joven para tomar en el año.
Este es un concepto que ya podemos ir borrando. Se están poniendo encima de la mesa otras opciones que tienen que ver con los vinos que muestran su capacidad de guarda, integrados en la Denominación de Origen en la categoría de vinos Bereziak.
Y además, hay otro tipo de elaboraciones que no dejan de enriquecer la paleta de posibilidades, haciendo que un territorio tan pequeño como Bizkaia ofrezca vinos blancos, rosados y tintos con o sin crianza y elaboraciones singulares como vendimias tardías, vinos dulces, espumosos, etc.
La apuesta de Bizkaia ha sido de conocimiento, de profundizar en el potencial enológico que tiene, que creemos que es muy alto.
¿Se refuerza año a año su identidad propia respecto a otros vinos?
Nuestro debate no es competitivo ni en volumen ni en si es mejor o peor…
Nuestro debate es un concepto de singularidad. Estamos en un momento en el que el mercado del vino valora de una forma muy especial la singularidad de los vinos.
Gusta mucho poder disfrutar vinos que tengan ese matiz que convierte a los vinos en embajadores del territorio.
Y nosotros, con nuestras variedades y nuestra forma de elaborar, tenemos unos vinos singulares.
¿Su potencial de crecimiento se enfoca más hacia el exterior o hacia el mercado interno?
Los datos de los últimos diez años marcan que, a día de hoy, nuestro porcentaje en exportación es bajo.
Ronda entre el 4 y el 5% de nuestros vinos. No olvidemos que la producción global es baja, en torno a un millón y medio de litros, que es lo que producirían por sí solas muchas bodegas de nuestro entorno cercano.
Si salimos es porque en casa nos cuesta venderlo todo.
¿Está afectando el cambio climático al producto? ¿Tienen previstas acciones al respecto?
La Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina las ha emprendido hace tiempo con la vocación de anticiparse a lo que ya se veía venir, no solo por prescripción normativa de Europa, sino por sensibilidad al mantenimiento del propio territorio.
A nadie le interesa más que a nuestros viticultores y bodegueros mantener el paisaje y ser sostenible.
Llevamos años inmersos en varios proyectos importantes. Así, colaboramos con la Diputación Foral de Bizkaia en un estudio sobre diferentes estrategias para poder enfrentarnos con conocimiento a este ciclo.
Primero, interpretando bien qué es el cambio climático, cómo afecta a la viña y cómo podemos hacer frente a esa realidad.
Seguiremos trabajando para tener información que compartir con bodegueros y viticultores a fin de estar preparados y enfrentarnos a ello.
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