Recién culminada la vendimia en las cerca de 1.000 hectáreas de viñedo que, para la elaboración de txakoli, se extienden por la geografía vasca, y una vez entrado a bodega la uva de la que surgirán los caldos de la nueva añada de las tres denominaciones de origen de Euskadi, los productores del oro líquido de nuestro territorio se encuentran ahora un poco más relajados para hacer balance de la situación de un sector que, superada con creces la cuestión de la calidad, tiene en el marketing su particular talón de Aquiles, pese a que en los últimos años está experimentando un crecimiento de ventas de en torno a un 4% anual, gracias en buena medida al prestigio que están alcanzando estos vinos “alegres, chispeantes, juveniles, y de carácter fuerte y diferenciador” en los mercados internacionales, como bien refleja el hecho de que cerca del 40% de la producción se destine a exportación.

Al prestigio que están alcanzando estos vinos “alegres, chispeantes, juveniles, y de carácter fuerte y diferenciador”

Un dato que alegra y preocupa a partes iguales, pues aunque demuestra que hay clientes cada vez más interesados en blancos de calidad y con la singularidad del txakoli, también esta ese otro dilema del precio que ha traído el encarecimiento de los costes, o el de los efectos que ha traído el cambio climático a una actividad irremediablemente vinculada a la naturaleza, como va a ser este año el descenso generalizado de la producción en los tres territorios.

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Cada vez hay más clientes interesados en blancos de calidad y con la singularidad del txakoli.
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Cada vez hay más clientes interesados en blancos de calidad y con la singularidad del txakoli. JORGE MUÑOZ

Con el objetivo de conocer las demandas, necesidades y perspectivas de futuro de todos los agentes que componen la cadena de valor de los txakolis vascos, GRUPO NOTICIAS celebró el pasado 31 de octubre un encuentro en la bodega Artomaña, situada en el ayalés Valle de Arrastaria, en las inmediaciones de la ciudad vizcaína de Orduña, aunque perteneciente al municipio alavés de Amurrio.

La mesa redonda contó con la participación de Luis Mariano Álava, presidente de la Denominación de origen Arabako Txakolina y propietario de la txakolinería que acogió el encuentro; Iñaki Suárez López, responsable del Area Técnica de la D.O. Bizkaiko Txakolina; Izaskun Zendoia, directora administrativa de la Bodega Katxina de Orio de la D.O. Getariako Txakolina; Javier Bilbao, responsable comercial de Producto Local de EROSKI; y Jon Ander Egaña, director general del Basque Food Cluster. La asociación vasca de referencia en materia de cadena alimentaria, con más de 130 empresas unidas para fortalecer el sector y afrontar el reto de crear una alimentación más saludable y sostenible, generando valor añadido a través de la innovación y con una clara orientación hacia el mercado y el consumidor.

«La inmensa mayoría de los productos de Euskadi no pueden competir en ningún mercado en cuestión de cantidad, pero sí por calidad y diferenciación”

Jon Ander Egaña – Director general del Basque Food Cluster

Entre las conclusiones extraídas del fluido diálogo que se produjo entre los invitados, destacó precisamente “la necesidad de escuchar al cliente para poder darle lo que quiere, y no centrar únicamente los esfuerzos en elaborar un producto de calidad”, subrayó Egaña, en clara referencia a la principal fortaleza de los txakolis que, como ocurre con la inmensa mayoría de los productos de Euskadi, “no pueden competir en ningún mercado en cuestión de cantidad, pero sí por calidad y diferenciación” matizó. Una cuestión en la que el canal Eroski puede ayudar bastante porque -según apuntó Bilbao- “a través de los más de cuatro millones de clientes en posesión de nuestra tarjeta ya tenemos monitorizados los hábitos de compra”.

«Estaría bien que se nos diera un respiro, haciendo los trámites más sencillos, porque muchos pasamos más horas entre papeleo que en las viñas”

Por parte de los productores también salió a relucir el agotamiento del sector ante el aumento de la burocracia que esta suponiendo adecuarse a las nuevas normativas medioambientales y de toda índole.

“Más que bodegas parece que tenemos bufetes administrativos, y estaría bien que se nos diera un respiro, haciendo los trámites más sencillos, porque muchos pasamos más horas entre papeleo que en las viñas”, coincidieron en señalar desde las tres denominaciones de origen.

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