Balmaseda

El nivel del txakoli de Bizkaia crece con cada nueva cosecha. Pero los productores no se conforman y siguen buscando nuevas fórmulas para conseguir el mejor caldo. Es el caso de cuatro viticultores que han unido sus fuerzas para dar lugar a una bodega que aspira a convertirse en referencia en el interior del territorio y acercar a pie de calle el proceso de creación del txakoli desde la plantación de las viñas hasta que se sirve.

Entre los viñedos Mendiolagan de Orozko, Otxanduri de Arrankudiaga y Egia Enea de Balmaseda suman cerca de 13 hectáreas. Los cuatro son socios y fundadores de la bodega Bizkai Barne, cuyas instalaciones ya se están edificando a los pies del macizo de Itxina en Orozko y funcionarán a pleno rendimiento en tres años con una producción estimada en 100.000 botellas anuales.

Como quien dice, acaban de plantar la semilla de su proyecto, pero estarían abiertos a colaborar con otros viticultores que compartan su filosofía. Además de reivindicar el txakoli que sale de las zonas más meridionales de Bizkaia, nace con otro objetivo: «No queremos ser una mera fábrica de txakoli, sino que nuestro concepto de bodega va unido a una política de cercanía y apertura al consumidor. Por otra parte, el txakoli es el vino de nuestra tierra y como tal, también forma parte de nuestra cultura», según explica Alfredo Egia, enólogo del viñedo Egia Enea de Balmaseda.

Para ello, la bodega incorporará un área social o una sala de catas y se planificarán salidas para conocer cómo se trabaja en las viñas de Arrankudiaga, Balmaseda y Orozko, así como la superficie de 2,5 hectáreas que se sumará próximamente en Beteluri -perteneciente a Orozko-. «Este será el viñedo situado más al sur de todo Bizkaia y ahí se elaborarán vendimias tardías basadas en el potencial de la semidesconocida variedad Izkirota Tippia», adelanta.

Uva de interior frente al clima suave de la costa, los territorios más interiores de Enkarterri, Durangaldea o el alto Nerbioi tienen una característica en común: «Son terrenos que están a una altitud media de 200 metros. La diferencia de temperatura entre el día y la noche es más acusada, lo que propicia que las uvas maduren de forma diferente y se construya una identidad propia. Este txakoli tiene más intensidad aromática y está todavía por descubrir», dice.

Ellos han aprovechado estas particularidades en los tres productos bien diferenciados con los que se presentarán en el mercado. «El txakoli Mendiolagan se elabora con la variedad hondarrabi zuri de los viñedos que cultivan Ramón Añibarro y Bittor Olabarria, en Orozko y Arrankudiaga, y un 30% de hondarrabi zerratia de Egia Enea, en Balmaseda. Está pensado para servirse en barra y que todo el mundo pueda tomarlo cuando se sale a dar una vuelta. Después está el Ondatxuri que produce Guillermo Iturriondobeitia, en Arrankudiaga. Será un txakoli más delicado y por último queda el Egia Enea de Balmaseda. Su embotellado es más tardío y es perfecto para comer con él», describe Alfredo Egia.

A pesar de su unión, procuran que no se diluya la identidad que cada uno de sus productos tenía antes de embarcarse en Bizkai Barne. «A mí me han preguntado: ¿ahora va a desaparecer Egia Enea? No va a hacerlo, simplemente forma parte de la nueva bodega», aclara.

El proyecto ha traído otras ventajas. Ahora pueden repartirse el trabajo entre los tres para enfocar las tareas al área en la que cada uno esté más especializado. «Se trata de aprovechar las sinergias. Guillermo supervisará el funcionamiento de la bodega, Ramón y Bittor se encargarán del mantenimiento de los viñedos y yo me centraré en la parte más comercial», detalla.

Calculan que las instalaciones de la bodega estarán terminadas para el año que viene. «La ubicación es perfecta, en un paisaje maravilloso y a 15 minutos de Bilbao para que sea accesible a las personas que quieran acercarse. También estamos en el camino a la Rioja alavesa», indica. Hasta entonces no descuidan sus respectivos viñedos.

Buena cosecha pese a la crisis, la cosecha de este año les ha dejado un buen sabor de boca. «La producción ha crecido un 25% sobre la media y la maduración de la uva ha sido completa. Los días de finales de septiembre y principios de octubre fueron muy secos, estamos muy contentos con el resultado», analiza.

Después de más de un año de reuniones para perfilar la puesta en marcha de Bizkai Barne, han decidido que ya es hora de lanzarse y dárselo a probar a los consumidores. «Tenemos más o menos la mitad de extensión que las grandes bodegas, pero no buscamos crecer en cifras, sino que pretendemos que el txakoli llegue a todo el mundo. Con esa intención vamos a trabajar». Y por ello brindan.

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