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El libro del vino que influyó antes de existir

La Fundación Cultura Líquida, dirigida por Cristina Alcalá, se estrena con la publicación de una tesis doctoral de hace 70 años

 

La tesis doctoral ‘Viñedos y Vinos del Noroeste de España’ . Oscar Oliva Poza

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Un libro no es sólo un libro. Un libro puede ser muchas cosas. Más allá del valor que tenga como transmisor de conocimientos, un libro es un objeto valioso por sí mismo, al margen de sus contenidos. Tiene, al menos, la capacidad de serlo, como puede ser, también, un objeto estético y puede convertirse en memoria. Porque un libro es, por encima de cualquier otras consideraciones, un artefacto cultural.

Eso es lo que se siente al tener entre las manos la edición de Viñedos y Vinos del Noroeste de España que acaba de publicar la Fundación Cultura Líquida. Se siente, en la acepción más literal del término, desde el momento en el que pasa los dedos por la encuadernación.

El libro es, de hecho, el primer proyecto de la Editorial Cultural Líquida que, a su vez, surge de la recientemente creada Fundación Cultura Líquida, una iniciativa que nace de Alma Carraovejas con la intención de trabajar en la investigación, divulgación y puesta en valor del patrimonio cultural vinculado al mundo del vino.

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El libro ‘Viñedos y Vinos del Noroeste de España’ . CLV

“Es una obra de la que nunca hubo una edición comercial, la tesis doctoral de Alain Huetz de Lemps, de la que sólo existieron unas pocas copias autoeditadas”, afirma Cristina Alcalá, directora de la Fundación y responsable de esta edición.

La importancia del libro radica en que el tiempo lo ha convertido en el gran clásico para el estudio del mundo del vino en zonas como La Rioja, Castilla y León, Galicia, Asturias o Navarra. Una referencia citada frecuentemente, pero a la que era difícil acceder. Seis décadas después de su presentación como tesis, el libro aparece publicado íntegramente por primera vez en español y demuestra, más allá de un incuestionable valor histórico, una modernidad sorprendente para el momento en el que fue redactado.

Seis décadas después de su presentación como tesis, el libro aparece publicado íntegramente por primera vez en español

“Es un libro que, leído con ojos actuales, te da muchas pistas sobre la historia del vino en España”, explica Alcalá. “Habla de las dinámicas que se vivían en aquel momento, de la importancia creciente que ganaban las ciudades, de la irrupción masiva del consumo de cerveza y de cómo esto estaba transformando el contexto del vino”. Ahí está su principal valor como documento: analiza el pasado, pero es capaz de anticipar tendencias de futuro que el paso de los años demostró que eran plenamente válidas.

El libro, sin embargo, es sólo la punta del iceberg. Por suerte, Alain Huetz de Lemps vive aún y a sus 96 años no sólo recibió al equipo de la Fundación en su domicilio de Burdeos sino que mantuvo con ellos una serie de entrevistas y les dio acceso a un archivo personal que es un auténtico tesoro. “Con todo aquello estamos preparando un documental”, explica la directora de la Fundación. “Son horas de grabaciones, pero para nosotros es recuperar las palabras 55 años después. Es un legado para el futuro”.

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Alain Huetz de Lemps en su domicilio de Burdeos. Oscar Oliva Poza

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La edición es, por tanto, más allá del valor de su contenido, una puerta a un universo, que Huetz de Lemps supo recoger con todo detalle, capaz de enriquecer el contexto cultural del mundo del vino en España. Como afirma Alcalá, el libro “era un mito, una de esas obras que todo el mundo cita, pero que de alguna forma no existía. Sin embargo, estaba ahí. Y desde el momento en el que surgió la posibilidad, la fundación quiso recuperarlo, en una edición cuidada, pero al mismo tiempo usable. Queríamos que esta primera aventura editorial diera, de alguna manera, sentido a la labor que quiere desarrollar la Fundación Cultura Líquida”.

El resultado, además de una fuente documental inmensa, es una delicia para los amantes de los libros como objetos. La encuadernación, la tipografía, la decisión de publicar una edición limitada y numerada. La posibilidad de haber dialogado en primera persona con el autor, catedrático emérito de la Universidad de Burdeos, de asomarse a su universo a través de sus notas y de su archivo gráfico. Todo se alía para dar forma a una edición que simboliza a la perfección los objetivos de la fundación y de la editorial.

La edición es una puerta a un universo, que Huetz de Lemps supo recoger con todo detalle

“La Fundación nace como acción y como reflexión. Pretende ser algo transformador. Por eso arranca con un libro que es, a su vez, una declaración de intenciones. Es aportar calma, apartarnos un poco de la actualidad, de las novedades, y volver la vista a un legado inmenso que pensamos que hay que recuperar porque en muchos casos se nos está escapando entre los dedos”, explica Alcalá.

“Ahora trabajamos en un proyecto de memoria oral. Ya veremos en qué acaba, pero de momento estamos hablando con gente, recogiendo historias, transcribiendo, editando clips de audio…Estamos trabajando las zonas de Ribera del Duero y de O Ribeiro, por el momento. Y tenemos claro que con ese material haremos algo. Todavía no tenemos claro el formato, pero es un material que tiene que ponerse a disposición de investigadores, de escritores, de quien esté interesado, porque entendemos que es realmente valioso”.

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Cristina Alcalá, directora de la Fundación y responsable de esta edición. CLV

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Todo converge -libro, editorial, fundación, trabajo de recogida oral, página web- en una idea del vino como cultura, como cultura líquida, en evolución permanente, fluida y capaz de adaptarse a su contexto; como una realidad que necesita conocer sus orígenes para entender su presente. Una realidad de límites difusos, dentro de los que caen cuestiones geográficas, culturales, folclóricas, agronómicas y empresariales.

Por eso la aparición de una entidad como la Fundación Cultura Líquida, en la que el beneficio de un proyecto se reinvierte en el siguiente, es tan oportuna. Porque probablemente sólo desde esa óptica es posible un enfoque abierto y plural, capaz de bucear en el pasado, de documentar para interpretar. Más allá de las novedades, imprescindibles en cualquier sector, era necesaria una voz -un conjunto de voces- dispuestas a invertir tiempo, recursos y equipo humano en proyectos de recuperación de la memoria. Pero no sólo en esa línea de trabajo.

En la Fundación Cultura Líquida el beneficio de un proyecto se reinvierte en el siguiente

“Otra rama de nuestra labor será la formación de alto nivel”, explica la directora de la fundación. “Gestión de empresa, alta cualificación… Uno de nuestros grandes objetivos es la profesionalización del sector. Y estamos trabajando ya en varios frentes. El más inmediato es una publicación técnica sobre poda, pero queremos ir más allá. Trabajamos en colaboraciones con organismos docentes, barajamos la idea de un formato del tipo de una residencia…son ideas, de momento, pero poco a poco van tomando forma. Queremos que aúnen todos los principios que dan sentido a la fundación: generar reflexión, convocar becas, seguir trabajando en libros de investigación, pero también de creación. Es ilusionante pensar en algo del tipo de una residencia cultural que, de alguna manera, nos ayude a cerrar el círculo”.

La fundación cuenta con poco más de medio año de historia. Y, sin embargo, los primeros frutos de su trabajo son ya una realidad. Por una parte, la recuperación de la monumental obra de Huetz de Lemps, publicada el mes pasado. En paralelo, el trabajo de recogida oral y de entrevista. Y, junto a ellos, nuevas iniciativas editoriales o el proyecto Diálogos Líquidos, que por ahora se centra en crear una hemeroteca y un repositorio de artículos de nueva creación, y la exploración de nuevos formatos que irán materializándose en los próximos meses.

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La tesis doctoral que se convirtió en libro. CLV

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“Han sido dos años intensos desde que nació la idea hasta que conseguimos ponerla en marcha”, concluye Alcalá. “Dos años en los que hemos trabajado en un concepto de fundación deslocalizada, que cree en el valor intangible de la cultura del vino, en la reflexión cultural como un elemento transformador y necesario; con compromisos claros y que asumimos públicamente: un decálogo que recoge nuestra filosofía y una serie de códigos éticos y de conducta que son públicos en nuestra web. Son una declaración de cómo queremos trabajar, de una búsqueda de la sostenibilidad y de la transparencia”.

El mundo del vino es una encrucijada, un lugar en el que se encuentran factores culturales y económicos, en el que convergen elementos turísticos, de desarrollo rural y patrimoniales; una realidad poliédrica y compleja que necesita miradas pausadas para no caer en exclusiva del lado empresarial. Son necesarios vectores que modulen el discurso, que le den forma y lo enriquezcan para que el sector ponga en valor todo su potencial.

El mundo del vino es una encrucijada, un lugar en el que se encuentran factores culturales y económicos

Por ese motivo, en un momento de transición como el actual la aparición de una editorial y una fundación enfocadas a dinamizar la reflexión, el debate y la investigación son una gran noticia. Y el hecho de que su carta de presentación sea un paso atrás de 60 años para poner a disposición del gran público una obra clave para entender el sector es una declaración de intenciones y un soplo de aire fresco tan necesario como esperanzador.

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