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Tantaka Xtrem
/ Tantaka
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Los Sacramentos de la Santa Madre Iglesia son 7. Y desde la primera hasta la última mesa de la clase se empezaba a recitar:
· Bautismo
· Confirmación
· Eucaristía
· Penitencia
· Unción de Enfermos
· Orden Sacerdotal
· Matrimonio
Si eres ‘boomer’ sabes de qué estamos hablando.
Juanjo Tellaetxe, cura y viticultor (por ese orden), detiene de momento el listado en el quinto: Unción de Enfermos, la manera más santa y dulce de referirse a la Extremaunción.
En los orígenes de la Iglesia Cristiana, se ungía a los enfermos con aceite para darles fortaleza espiritual; en la Edad Media comenzó a asociarse con la preparación para la muerte y el término Extremaunción se impone en su uso.
Llegaría después el Concilio Vaticano II y con su aire conciliador (valga la redundancia) se decide mantener el significado pero recuperar el significante original. Si eres ‘boomer’ también has entendido esto.
Y esta lección de historia sacra nos sirve en cualquier caso para trasladarnos a otro universo.
Al universo audaz de Juanjo Tellaetxe, cura y viticultor por ese orden, quien juega primero con nosotros enmascarando el nombre del vino tras una tinta termocrómica y nos invita después a alcanzar la luz al final de un túnel custodiado por una muerte difusa a caballo.
Pues que Dios nos pille confesados.
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Ver sin ser visto
Existe un poder fascinante en el juego de ver sin ser visto. De mirar desde el lado oculto, el de las sombras… el de la invisibilidad.
Como los ojos que te observan tras la rejilla de un confesionario. Quizás los del propio Tellaetxe.
El nombre de su nueva familia de vinos solo nos será revelado cuando tras sumergirla en agua fría la botella alcance su temperatura correcta de consumo.
Cuando, como nos ocurre a nosotros, el bautismo le otorgue por fin el reconocimiento como miembro de una comunidad.
Un juego en la frontera entre lo visible y lo oculto. Un juego que tendrá su réplica cuando empecemos a ver la luz al final del túnel y sea el momento de arrepentirnos de nuestros pecados. O no.
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