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La Hondarribi Beltza de Gorka Izaguirre edifica un vino tinto dotado de fluidez, fino en las formas, intenso en el fondo. Esta tarde me he puesto el delantal y he cocinado un faisán de campo con mi versión personal de salsa cazadora. Y tras emplatar una de las pechugas con un arroz blanco aromatizado, he pensado en que vino descorchar. Y me he decidido por este, intuyendo que una sabrosa punta de acidez en un vino tinto podría ser una opción acertada para un guiso y su salsa trabada. Centrando la atención en el Ilun, la edición de vendimia 2021 se conforma de modo monovarietal, con uvas cosechadas en una hectárea y media de viñedo, con un perfil no disimulado de influencia atlántica, rotunda, domada en parte, pero con un sabroso latigazo del Dios de la Noche, esa es la traducción a la lengua cervantina del término euskaro Ilun. La cromática picota con reflejos violáceos, limpieza y brillo, deja paso en la proximidad olfativa a nostalgias de fruta roja en sazón, nudo balsámico y desenlace floral y silvestre. Boca con arranque pleno en frescura y sapidez, muy vertical, con la tira atlántica de acidez bien deslizada en el recorrido, con prolongación y buena clave de persistencia. Le ha ido de mil amores a esta pechuga de faisán. Magnífico escolta. Porque como dijo el filósofo griego estoico Epícteto “Lo importante no es lo que se come, sino cómo se come.” Y esta vez el que se come se ha comido bien acompañado.
La Hondarribi Beltza de Gorka Izaguirre edifica un vino tinto dotado de fluidez, fino en las formas, intenso en el fondo. Esta tarde me he puesto el delantal y he cocinado un faisán de campo con mi versión personal de salsa cazadora. Y tras emplatar una de las pechugas con un arroz blanco aromatizado, he pensado en que vino descorchar. Y me he decidido por este, intuyendo que una sabrosa punta de acidez en un vino tinto podría ser una opción acertada para un guiso y su salsa trabada. Centrando la atención en el Ilun, la edición de vendimia 2021 se conforma de modo monovarietal, con uvas cosechadas en una hectárea y media de viñedo, con un perfil no disimulado de influencia atlántica, rotunda, domada en parte, pero con un sabroso latigazo del Dios de la Noche, esa es la traducción a la lengua cervantina del término euskaro Ilun. La cromática picota con reflejos violáceos, limpieza y brillo, deja paso en la proximidad olfativa a nostalgias de fruta roja en sazón, nudo balsámico y desenlace floral y silvestre. Boca con arranque pleno en frescura y sapidez, muy vertical, con la tira atlántica de acidez bien deslizada en el recorrido, con prolongación y buena clave de persistencia. Le ha ido de mil amores a esta pechuga de faisán. Magnífico escolta. Porque como dijo el filósofo griego estoico Epícteto “Lo importante no es lo que se come, sino cómo se come.” Y esta vez el que se come se ha comido bien acompañado.
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