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«La vendimia no se retrasaba tanto desde hace diez años»
Las lluvias y la falta de sol durante el verano han obligado a atrasar la vendimia de txakoli casi medio mes respecto a las fechas habituales
El Diario Vasco ·
MARCELA SALAZAR
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Las lluvias y la falta de sol durante el verano son las principales razones que han llevado a retrasar casi medio mes la vendimia de txakoli de este año en Gipuzkoa. «Que yo recuerde, la vendimia no se retrasaba tanto desde hace diez años», confirma Jon Eizagirre, propietario y director de la bodega de txakoli Aitaren en Zestoa. «El año pasado empezamos la vendimia en torno al 20 de septiembre y este año tenemos previsto que el inicio se produzca el 7 de octubre», explica el zestoarra.
Todo indica que esta será la vendimia de txakoli más tardía de los últimos años y según Eizagirre, las razones son puramente climatológicas. «Ha sido un año muy complicado, con mucha agua y poco sol. Además del verano, la primavera también influye mucho en la cosecha y en la maduración de la uva y este año hemos tenido una primavera muy lluviosa». En cuanto a la producción, «las previsiones para la cosecha de este año son algo más bajas que las del pasado. Tenemos previsto que disminuya en torno a un 10%, ya que la lluvia en primavera ha hecho que perdiésemos algo de flor de la uva», admite el productor de 51 años.
Eizagirre explica que la maduración de la uva también es muy importante para poder producir un buen txakoli. «Cuando digo que la uva tiene que estar madura me refiero a que el azúcar tiene que dar entre 12 y 13 grados, la acidez también es importante para el tipo de vino que hacemos y la ideal para nosotros es entre los 8 y 9 grados, y esa graduación todavía no se ha conseguido».
La semana pasada en Aitaren estuvieron cogiendo muestras de la uva, al igual que este lunes, aunque estas últimas «sorprendieron gratamente» al productor. «Las previsiones de este fin de semana eran buenas. Ha sido un fin de semana soleado y eso se ha notado en la vid. En tan solo tres días la uva ha mejorado bastante y si el clima sigue así esperamos que en diez días se dé un giro importante, aunque estamos totalmente a expensas del tiempo», decía mientras recorría los viñedos de la bodega, que lucían un verde espectacular.
En la bodega prevén poder recolectar la uva «a más tardar la primera semana de octubre», medio mes más tarde que el año pasado, cuando la cosecha se adelantó debido a las altas temperaturas producidas durante el verano. «Tanto el año pasado como los últimos años la vendimia se había adelantado, pero que yo recuerde hace muchos años la vendimia se solía celebrar entre el 1 de octubre y el puente de la virgen del Pilar» , recuerda. Y es que, según explica Eizagirre, si la uva no está lo suficientemente madura, el vino va a tener una acidez muy alta y poca graduación. «El remate final de la uva debe ser lo más homogéneo posible».
Los años que el productor guipuzcoano ha pasado entre los viñedos cultivados en las tierras familiares hacen que sea muy exigente con su producto. «Estos viñedos los plantó mi padre hace
La producción de este año disminuirá un 10% debido a la pérdida de la flor de la uva durante la primavera
20 años», cuenta orgulloso. «Tenemos un total de 5,5 hectáreas, cuatro de ellas en producción. También recogemos las uvas de manera tradicional, con nuestras propias manos, y hacemos una selección de las uvas que más calidad tienen, todas Hondarribi Zuri», destaca. Aunque también confiesa que cada año «es más difícil encontrar temporeros ya que actualmente la gran mayoría son de origen extranjero».
Getariako Txakolina
La Bodega Aitaren también es una de las 35 bodegas que forman parte de la denominación de origen Getariako Txakolina y que deben su singularidad a la variedad de uva autóctona con la que se elabora, la Hondarrabi Zuri. Todo ello, además del clima atlántico y el entorno costero en el que se ubican los viñedos, son los elementos que aportan la calidad y las características del txakoli, que se consume tanto a nivel nacional como internacional.
«Si todo sale bien y según lo previsto, la vendimia empezará el 7 de octubre y tras la recogida, empezará la producción», explica Eizagirre. La producción lleva un par de meses, «por lo que para finales de año ya se podrá degustar nuestro txakoli en los comercios y en los bares de nuestras localidades. Y no solo aquí, ya que fuera también es un vino apreciado», cuenta.
Eizagirre recalca que el txakoli se vende tanto a distribuidores de Euskadi como del resto del Estado y nivel internacional. «Distribuimos en ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga y Alicante y también al extranjero. En Europa distribuimos a países como Holanda y Dinamarca y también a nivel mundial en países como Japón y Estados Unidos, donde gusta mucho. Al final, que la cosecha sea antes o después no es lo importante, lo importante es que las uvas maduren y que haya equilibrio y calidad para tener un buen producto», finaliza.
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«Si todo sale bien y según lo previsto, la vendimia empezará el 7 de octubre y después empezará la producción»
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